La práctica moderada de deporte es, como se ha señalado, positiva para el sistema cardiovascular. Sin embargo, hacerlo de manera incontrolada entraña riesgos.
El corazón de un deportista es una especie de bolsa que está fundamentalmente compuesta por músculos (el músculo cardíaco o miocardio) y vasos sanguíneos que entran y salen de él. El interior del corazón está dividido en cuatro cámaras: dos superiores, llamadas auriculares, y dos inferiores, denominadas ventriculares. Su función es bombear y así proveer de sangre a todos los órganos del cuerpo. La sangre se carga de oxígeno cuando pasa por los pulmones y circula hasta el corazón para ser impulsada al resto del organismo. Después de recorrerlo, la sangre vuelve al corazón para que éste la impulse de nuevo a los pulmones y se recargue de oxígeno.
El corazón de un deportista y el deporte aeróbico y anaeróbico
Se sabe que el ejercicio aporta grandes beneficios a la salud, de ahí el creciente interés por practicar deporte.
Desde el punto de vista metabólico, se divide en aeróbico y anaeróbico:
- Ejercicio aeróbico: Con ejercicio físico o trabajo aeróbico se hace referencia a la actividad física que por su intensidad requiere principalmente oxígeno para su mantenimiento.
- Cuando la intensidad requerida para realizar un ejercicio físico es muy elevada y el organismo no necesita oxígeno, se habla de ejercicio anaeróbico.
Cómo se adapta el corazón de un deportista al ejercicio.
Uno de los primeros ejemplos descritos de lo que hoy se conoce como corazón de atleta es el del maratoniano Clarence de Mar, siete veces vencedor del maratón de Boston (Estados Unidos); su última victoria tuvo lugar en 1930. Le fue diagnosticado un soplo cardíaco y los médicos de la época le recomendaron dejar de correr (de hecho, interrumpió su carrera deportiva durante unos años). Sin embargo, la autopsia que se le practicó en 1958 (murió de un cáncer de vesícula) demostró que su miocardio o músculo cardíaco era normal y que sus coronarias sólo mostraban signos de aterosclerosis moderada.
A pesar de la creencia generalizada de que el deporte es perjudicial para la salud en algunos diagnósticos, estudios científicos de universidades norteamericanas y británicas demuestran lo contrario. Es así que la esperanza de vida de los deportistas era y es superior a la de la población general.
Practicar deporte seguro y cuidar el corazón de un deportista
Es muy importante hacer una correcta valoración del estado de salud de la persona antes de que empiece a practicar deporte. Resulta fundamental un buen control del sistema cardiovascular y es muy recomendable la realización de un examen genético que permita conocer si el individuo es portador de alguna alteración asociada a las patologías responsables de la muerte súbita cardíaca.
Consultas más frecuentes sobre el cuidado del corazón de un deportista
- ¿Cuáles son las pulsaciones ideales que se deberían alcanzar al practicar deporte?
La forma más fácil de medir la intensidad del ejercicio aeróbico es a partir del número de pulsaciones cardíacas por minuto, considerando que la cifra máxima que soporta un corazón sano es de aproximadamente 220. Para calcular el número de pulsaciones ideal para cada persona, se resta a 220 la edad en años del practicante. Por ejemplo, para un hombre de 40 años sería: 220 – 40 = 180
pulsaciones por minuto. - ¿Cómo se puede saber si se está realizando un ejercicio moderado o fuerte?
Es muy bueno realizar ejercicio moderado durante unos treinta minutos diarios. Este ejercicio generalmente será aeróbico, es decir, el organismo consumirá oxígeno para su realización. Si esto es así, el ejercicio se podrá categorizar en: suave, si se realiza en el rango del 55-60% del número de pulsaciones recomendadas según la fórmula de la pregunta anterior; moderado, entre el 60-75%; y fuerte, cuando al realizarlo se alcanza el 75-85% de las pulsaciones recomendadas. Exceder esta cifra implica convertirse en anaeróbico. - ¿Qué tipo de ejercicio conviene hacer?
Si hace tiempo que no se ha realizado ejercicio, hay que comenzar de forma suave y progresiva. Por ejemplo, iniciando un trote ligero de 10 minutos de duración durante una semana e ir progresando, semana a semana, hasta que el ejercicio dure aproximadamente 30-45 minutos. Un buen ejercicio es andar todos los días 30-35 minutos a paso rápido. - ¿Cómo se utiliza la energía al hacer deporte?
Hay tres formas principales de obtener energía para practicar ejercicio, y en función de ellas se clasifican los distintos deportes desde el punto de vista metabólico. Estos sistemas son:
- Anaeróbico aláctico: El sistema aeróbico se caracteriza por producir la energía a través de un proceso basado en la utilización del oxígeno que se respira y que se utiliza para hacer todas las tareas cotidianas que no requieran demasiado esfuerzo.
- Anaeróbico láctico: Se utiliza cotidianamente al hacer un esfuerzo grande, y se caracteriza por que no se usa oxígeno (anaeróbico) ni tampoco se genera ácido láctico (aláctico). El ácido láctico produce el dolor muscular tras la realización de un esfuerzo.
- Aeróbico: Tampoco necesita oxígeno (anaeróbico), pero produce ácido láctico. Es difícil identificar deportes que usen sólo este sistema, pero los 1.500 m es la actividad más peculiar. Para trabajar en él se tiene que realizar una actividad de alta intensidad y que dure entre uno y tres minutos.
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Fuente: https://www.fbbva.es/microsites/salud_cardio/mult/fbbva_libroCorazon_cap68.pdf