¿Por qué nos cuesta tanto parar?

Estamos muy acostumbrados a vivir a un ritmo frenético, realizamos un sin fin de actividades en una jornada a la que sentimos que le faltan horas, pareciera que tratamos de demostrar quién es más productivo, o que estamos en una carrera donde ganará quién supere las condiciones más difíciles.

Con las redes sociales que se actualizan a cada milisegundo quedamos olvidados en instantes. Ahí, en ese espacio virtual, existe una latente competencia para demostrar quién entrenó más, quién superó equis cantidad de kilómetros semanales, quién hizo récord personal, quién viajó más lejos para ir a correr, quién hace más, más y más; tomándole mayor importancia a cómo nos mostramos ante los demás, en lugar de hacer conciencia en cómo nos sentimos nosotros.

Descansar, tomarse unos días, llevársela tranquila, ir despacio, no terminar un entrenamiento…está mal visto, porque se supone que “debemos hacer que cada día cuente”. Y no es que yo sea partidaria de la ociosidad, pero en ocasiones llevamos a nuestro cuerpo a límites que distan de ser saludables todo por no querer parar, hasta que parar se hace una obligación.

He visto a una gran cantidad de corredores -tanto de alto rendimiento como recreativos terminar lesionados o en el quirófano por no escuchar a su cuerpo a tiempo. Erróneamente se reconoce como un acto de valentía el correr mientras se está lastimado, se ha vuelto una hazaña hacer maratones con muy pocos meses de separación, sin darle tiempo suficiente a la preparación y la recuperación del cuerpo.

Pero basta de regaños y cosas tumultuosas, te contaré un secreto: no pasará nada si paras.

El mejor consejo que te puedo dar es que te ocupes de ti, que conozcas a tu cuerpo y aprendas a identificar las señales de alerta. Dale calma, no necesitas excederte para conocer tus límites, lo que necesitas es ser más inteligente, hacerte consciente de tus sensaciones, reconocer qué es lo que te funciona a ti, cuáles son tus necesidades.

Claro que no hay que perder de vista el objetivo, nadie niega que la disciplina es un factor importante, pero no te atormentes por querer llegar rápidamente a la cima, mejor agradece lo que tu cuerpo te puede dar hoy, vamos paso a paso. Y de los demás: olvídate, que esta carrera es solo tuya, tú eliges tu ritmo y tú decides cuánto quieres disfrutarla.